lunes, 27 de junio de 2011

El Hombre... ¿Creacion o evolucion? (Parte Tres)

Por JtvLion


Pongamos un ejemplo:


El ojo humano y su funcionamiento es una de las más extraordinarias obras de ingeniería jamás vista al servicio del ser humano. Su estructura y fisiología desafiaría al más talentoso de todos los premios Nobel de biología reunidos en un laboratorio junto a los más aclamados científicos de todo el mundo. El complicado y maravilloso engranaje de su funcionamiento nos pondría claramente ante la disyuntiva de si fue creado o no, pero vayamos a explicar como funciona y dejaremos a su discreción que haga las debidas conclusiones.

El ojo es un órgano capaz de detectar los rayos de luz proveniente del mundo que nos rodea y es la base del sentido de la vista. Es de forma esférica y esta compuesto por la córnea, una membrana transparente que lo protege y es la primera ventana que encuentra la luz cuando pasa a través de ella. El humor acuoso, el iris, la pupila, el cristalino, el humor vítreo, la retina y el nervio óptico. El ojo también posee elementos complementarios que lo mantiene saludable y funcional, tales como las cejas, los parpados, las pestañas y los conductos lagrimales. Todas y cada uno de estas partes cumple una función específica y todos, como una unidad indivisible, permiten al ser humano experimentar a través de imágenes reales, el mundo del que se rodea.

Para que el ojo funcione correctamente la primera condición que debe existir siempre es la presencia de luz. La ausencia de esta provocaría irremisiblemente una oscuridad constante. Cuando la luz, o una parte de esta atraviesa la córnea, se produce una refracción de los rayos de luz lo cual impide que todo el espectro luminoso penetre al interior, pero permitiendo a su vez el paso de diferentes longitudes de onda las cuales determinan los distintos colores y pueda reflejarse finalmente en la retina, que el es órgano que permite reproducir detalladamente las imágenes adquiridas desde el exterior. La cornea, además, protege al ojo del embate de ciertos agentes externos como el viento, el polvo, líquidos o pequeñas partículas, que pudieran causar algún daño a la estructura. Pero antes que esto suceda, todo un proceso detallado es seguido al pie de la letra para permitir que el ojo finalmente pueda ver.

 La pupila es un orificio del iris (la parte coloreada del ojo) cuya función principal es permitir el paso de la cantidad de luz necesaria para que las imágenes puedan reflejarse correctamente en la retina y a través de la cual penetra la luz al interior del órgano visual. Tiene la  propiedad principal de abrirse y cerrarse, como el disparador de una cámara fotográfica, dependiendo de la cantidad de luz a la que se expone. Una vez que la luz atraviesa la pupila, pasa por el cristalino, una pequeña lente biconvexa situada justo detrás del iris y antes del humor vítreo y que, mediante un proceso llamado acomodación, aumenta o disminuye su curvatura y espesor  permitiendo enfocar los objetos que se encuentran a diferente distancia.




El humor vítreo, es una liquido gelatinoso y transparente que llena el espacio entre el cristalino y la retina contribuyendo a mantener la forma del ojo. Una vez que la luz pasa por el, llega y se refleja en la retina, una membrana fotosensible a la luz, situada en la pared interior del ojo y es donde se proyectan las imágenes, desencadenando todo una serie de fenómenos químicos y eléctricos que se traducen en impulsos nerviosos enviados al cerebro a través del nervio óptico que es donde finalmente se interpretan todos esos impulsos en forma de imágenes visuales.

Hasta aquí la fisiología y funcionamiento del órgano de la vista. ¡Que meticulosa y asombrosa elaboración de la información obtenida mediante la luz para que definitivamente se traduzcan en imágenes reproducidas en el cerebro! Imágenes, ya sean fijas o en movimiento, en color y sus innumerables matices o en blanco y negro. ¡Que prodigio de la naturaleza que hace posible que podamos ver el entorno que nos rodea! No solo a través del ojo podemos ver, también podemos interpretar, ejecutar e identificar eventos de diversa índole mediante el aprendizaje y la experiencia adquirida.

¿Puede el ojo como parte intrínseca (aunque solo una de muchísimas otras partes y funciones) de todo el metabolismo del ser humano haberse desarrollado con tanta precisión y excelente funcionamiento a causa de un evento producido por azar? ¿Podrían asimismo reunirse una cantidad indefinida de células vivas, en un ambiente propicio y bajo las mejores condiciones existentes en un momento dado de la historia, concebir justamente todos y cada uno de los complementos requeridos que necesita para maniobrar y constituirse a si mismas en un sistema único y desplegar una función capaz de ejercer la debida capacidad de generar el magnifico órgano de la vista? Como el ejemplo del reloj de Einstein, o el Boeing 747 de Sir Fred Hoyle, las probabilidades de que un suceso de esa naturaleza ocurra es considerablemente escasa por no decir nula.

Más bien, podría ser mucho más aceptable la idea de que exista una mente superior, una inteligencia sobrenatural, un diseñado universal o como quieran llamarle. Un ser supremo inteligente quien haya creado las cosas y los seres vivientes tal y como lo conocemos hoy día y no a través de transformaciones y vericuetos que se pierden en el mismísimo origen de su explicación lógica y razonable. La sola afirmación de la existencia de un Creador de Todas las Cosas ha desatado y desata actualmente en los círculos de debate científico e intelectual del mundo las más increíbles y descabelladas controversias. Pero, créanlo o no, cada día va ganando más adeptos incluso dentro del muy exclusivo ámbito científico internacional.

En primer lugar,  la tesis de la creación se ha ido condicionando al hecho de que el universo y el mundo en que vivimos son extraordinariamente complejos. De igual forma, cuando analizamos la complejidad en los animales, en las leyes físicas, en las plantas, en el universo literal, sus galaxias, cuerpos celestes y las leyes que mantiene todo en su lugar correcto bajo un estricto y cronométrico equilibrio, así también como nuestro propio cuerpo y la manera en que funciona nos damos cuenta de que Alguien tiene que estar detrás de todo esto. Pensar, afirmar e incluso intentar demostrar que todo lo que nos rodea ha sido producto de un montón de casualidades no es sensato, ni siquiera remotamente juicioso.

Por otra parte, ya que el sentido inherente del bien y del mal no podría ser explicado biológicamente. ¿Por que entonces el hombre a diferencia de los animales, puede discernir entre el bien y el mal, o sentir amor, o enojo, o tener valores morales, o ejercer el libre albedrío? Ya que nuestras cualidades mentales y espirituales más que las físicas nos hacen diferentes de los animales, ¿podrían estas haber surgido a causa de un accidente? ¿De donde surge el instinto entonces? Las capacidades instintivas que nos distinguen a seres humanos y también a los animales, no son consecuencia de ningún programa de aprendizaje o de algún tipo de experiencia adquirida. Son características únicas y notables congénitas a nuestra propia naturaleza genética. De modo que ¿podría el azar predeterminar las necesidades fisiológicas de mas urgencia en cada ser viviente y anticipar su uso como una regla inviolable de la propia supervivencia de la especie?

Por ultimo, los mas recientes estudios realizados, por ejemplo, en el cerebro humano, así como de sus funciones y su casi prodigiosa capacidad de análisis, procesamiento y almacenamiento de datos, memoria descriptiva y cognoscitiva, creatividad, voluntad, fisiología y topografía han acercado aun mas a los todavía incrédulos y escépticos a considerar con mucho mas interés la posibilidad de que, detrás de todo lo que nos rodea esta la presencia de un Creador Inteligente.   (continuara…)

lunes, 20 de junio de 2011

E.U.A

El "sueño americano" es una expresión bien conocida en todo el mundo. Muy popular, pero la veracidad de esta atractiva expresión de posibilidades, de ilusiones, es totalmente falsa hoy día. Otorgarle a cualquier gobierno méritos de honestidad, elevarlo a categoría de ejemplo de democracia y oportunidades es un gran error.

Si analizamos esto profundamente, tendríamos que remontarnos a la historia en este caso de los Estados Unidos y su guerra de independencia contra Gran Bretaña. Los motivos de esta guerra que iniciaron los colonos británicos fue la subida de impuestos de los artículos de primera necesidad. Así, el 19 de abril de 1775 estallo la guerra de independencia en la que intervino Francia y España. Para el 3 de septiembre de 1783, Estados Unidos y Gran Bretaña firmaron el tratado de Versalles que puso término a la guerra por la distribución de fuerzas que hacia imposible un desenlace militar. Para el 17 de septiembre de 1787, se adopta por la convención constitucional de Filadelfia, Pensilvania la Constitución de los Estados Unidos y ratificada después por el pueblo.

Para muchos la Constitución de los Estados Unidos es un ejemplo de democracia, de libertades y justicia, pero una cosa es el documento, y otra la realidad. Hacer respetar y cumplir los preceptos de la constitución americana siempre ha sido en muchos casos un fiasco político. La equidad e igualdad que promulga la constitución en una época estuvo distante de ser una garantía de respaldo y protección para los ciudadanos afroamericanos; la guerra civil a pesar de conseguir que se aboliera la esclavitud no impidió que en los años posteriores los afroamericanos no sufrieran de la mas cruda discriminación racial. Solo era aplicable la constitución para los blancos. Sin embargo, la lucha cívica por los derechos humanos garantizo décadas después todos los derechos como cualquier otro ciudadano en este país.

Como cualquier otro sistema, los gobiernos no dejan de tener un carácter feudal ya que para mantenerse necesitan controlar en una sola palabra la tierra y todo lo que deriva de ella, convirtiéndola en fuente de ingreso directo a través de impuestos sobre propiedad y consumo que halla sido creado por el hombre, y aunque solo en este país los indios americanos fueron los únicos que tomaron posesión sin tener que pagar impuestos sobre la tierra por derecho histórico, también el gobierno como regulador único de la sociedad, el gran terrateniente, teóricamente debía adjudicarse el control de ella como representante directo y administrativo de sus bienes y habitantes, para así garantizar la estabilidad social y garantías de vida. Como filosofía social es aceptable que el gobierno tenga ciertos poderes para administrar y controlar a través de leyes y enmiendas que brinde oportunidades de crecimiento y bienestar para el pueblo, facilitándoles así el derecho a la propiedad privada de todo lo creado sobre la tierra, pero sin apoderarse de esta como podría hacerlo con lo no natural por lo cual pudiera decidir destruirse si así decidiese su propietario. Como deber, esta claro que la tierra no le pertenece al hombre y carece de valor real. En cambio, lo que deriva de ella como materia prima si, y puede ser explotada por la sociedad por un bien personal o colectivo. Pero la teoría de la propiedad establece que la tierra no puede separarse de la propiedad que genera fuente de ingresos, por lo cual ya sea una construcción X o cultivos agrarios siempre generara impuestos. Pero en el caso de los bienes raíces, el valor de la tierra esta condicionado por el valor de mercado inmobiliario haciendo difícil establecer un impuesto único sobre la tierra, como debería de ser, separando los impuestos sobre la renta, la cual se ve influida por los especuladores de bienes raíces. Esto ha traído como consecuencia, que el gobierno se beneficie de los altos precios del mercado y la sociedad se vea cada día mas asfixiada por la subida de estos impuestos progresivos. La crisis económica que hoy vive los EE.UU. fue provocada por los especuladores de la bolsa quienes inflaron el valor de las propiedades inmobiliarias y como origen la tierra género más ingresos al gobierno, no existiendo un organismo regulador que frenara la sobre-valoración de las propiedades y la tierra. Lo mismo sucedió en 1929, cuando la bolsa de Nueva York vivió la fiebre de la bonanza, donde miles de norteamericanos invirtieron en el mercado de valores hasta que los precios de las acciones alcanzaron un alza generado por los especuladores, creando la burbuja económica que hizo caer estrepitosamente el mercado.

No soy un experto económico, pero al final de todo este entramado la clase media y baja -que son la mayoría de los estadounidenses- son quienes sufren los descalabros económicos de este país, provocados por los especuladores del mercado bursátil. La clase dinástica mas rica del país, quienes son los amos y señores de las grandes compañías multinacionales, no sufren estos desastres económicos. Ellos imponen las reglas, planean nuestro futuro a largo plazo. Son los dueños del mercado y principales inversores. Estudian el comportamiento social sobre los cambios económicos futuros, implementan estrategias económicas para ponerlas en vigor paulatinamente para así medir su impacto en la sociedad.  La subida del combustible no siempre es causada por un conflicto bélico. Más bien, son estrategias con visión de predominio. En estas esferas no se manejan la preocupación por no pagar la renta, ni el seguro de carro, o de salud o que no alcanza para el final del mes y te ves obligado a tirar de las tarjetas de crédito que pertenecen a estos Lores. Estos grandes “garroteros” no pertenecen a la sociedad real; son por ende soberanos en la tierra.

En el año 2000 el galón de gasolina regular se pagaba a $1.20 dólares estadounidenses. Una década después se paga a casi $4 dólares. Las esperanzas de que el combustible regrese al precio de $1.20 son cero. Los avances tecnológicos en el transporte no harán que retroceda el mercado del crudo aunque un auto híbrido pueda hacer de 60 a 100 millas por galón. Si en el futuro los intereses de los poderosos por obligación optaran por una forma de energía limpia antes que el planeta se destruya, es porque ya están lo suficientemente preparados para abandonar el combustible fósil, controlando cualquier otra alternativa que represente control económico mundial. Hasta entonces, seguirán dominando el mercado e introduciendo señales imperceptibles dirigidas al control del espacio macro-económico y la sociedad mundial, The New Word’s Order ya esta en vigor.

Mientras tanto, los cabilderos del capitolio seguirán boicoteando cualquier propuesta que ayude a aliviar los problemas financieros de pueblo, apoyando a las grandes compañías. Un ejemplo de ello ha sido el proyecto de salud promovido por el gabinete de Barak Obama, que ha quedado reducido a unas cuantas paginas. Las compañías de seguro al ver amenazados sus millonarios ingresos por el proyecto de salud la hicieron retroceder. Queda claro que los congresistas, senadores y todo el gabinete presidencial no representan al pueblo como queda plasmado en la constitución americana. Ellos debían representar ese papel, pero en realidad responden a los intereses de los poderosos quienes son los que controlan el país. Así seguirán, conspirando para desestabilizar regiones con alto grado de conflictos para abrirle espacios al desarrollo de la industria armamentista que genera ganancias multimillonarias y estabilidad económica, mantener la hegemonía política mundial -merito que gano EE UU después de la segunda guerra mundial- y que hasta el día de hoy mantiene después del derrumbe del campo socialista. Supuestamente, con el fin de la guerra fría, los gastos en materia de tecnología y desarrollo militar debieron reducirse, pero aumentaron de 10 billones al termino de la guerra fría hasta 461,2 mil millones constantes después de concluida la etapa. Los gastos generados en EE.UU. después de 9/11 hasta el año 2009 fueron de 1,011 billones de dólares en la lucha contra el terrorismo en Afganistán e Irak y otros territorios del norte de África, aunque se sabe que el verdadero objetivo de la guerra fueron los intereses de las multinacionales petroleras sobre las riquezas del medio oriente. Cabe destacar la gran conjura que orquesto el gobierno de Bush para invadir a Irak, mentira que quedo impune ante la opinión publica.

Con la mitad del gasto militar se podría financiar el proyecto de salud y darle al pueblo estadounidense ese derecho, pero los grandes intereses impiden que se aplique en su totalidad el proyecto de salud. La Constitución de EE.UU. esta lejos de ejercer su totalidad, como cualquier otro gobierno, pues es importante mantener a la sociedad un tanto ocupada en otras cosas y no darle espacio para descubrir la verdad que se oculta o el acceso a la información.

Por otra parte la corrupción gubernamental goza de ciertos privilegios que no tiene la sociedad porque no tiene el capital para respaldarlo, desde el famoso caso de Watergate en 1972, en el cual estuvo implicado directamente el presidente Richard Nixon y fue obligado a dimitir de su cargo de presidente por conspiración, hasta el mas reciente escándalo de Wachovia Banks por el lavado de dinero de narcotraficantes mexicanos: los dueños quedaron impunes de cargos; el gobierno decidió ponerle una multa de 160 millones de dólares con la promesa de no reincidir en actos delictivos. A un ciudadano común si se le acusa de conspiración, lavado de dinero o narcotráfico puede ser condenado de 20 años a cadena perpetua o pagar sumas millonarias por su condena.

En definitiva, como dije al principio, una cosa es el papel y otra la realidad. La constitución de los EUA parece un sueño engavetado, que solo se expone como pieza de museo, como orgullo nacional, y que en realidad seria lo ideal y aunque no es perfecta, quienes la defienden en nombre del pueblo, solo procuran ganar privilegios que se les niega a la sociedad.

Alguien dijo alguna vez: Este país es un comunismo con dinero, comida y combustible.

martes, 14 de junio de 2011

Lebron James... ¿Jaque al "Rey"?

Por JtvLion.

En el deporte, a veces, la pasión derivada de un gran fanatismo, puede conducir a actitudes extremadamente egoístas e injustas si tomamos en cuenta la crueldad manifiesta hacia algunos jugadores que, debido a su gran talento, increíble capacidad y extraordinario nivel de juego, se constituyen a si mismos en el foco principal de los medios de comunicación, los críticos y analistas y el publico en general. Siendo así, la enorme presión que cargarían sobre sus hombros y su equilibrio emocional, mas que un compromiso mediático o un afán personal, seria una lucha sin cuartel, agotadora en exceso, en la que, día a día, confrontarían estos atletas en el intento por alcanzar su meta mas preciada. Si lo logran, no solo alcanzarían la gloria, sino que muy a pesar de todos, ya sean seguidores o detractores, podrían reivindicarse a si mismos. Pero, ¿Qué sucede en el caso de que fracasen en su búsqueda?

Sencilla y llanamente, lo que les cae encima es una tormenta de críticas, un aluvión de improperios, una purga de cuanta palabra haya dicho con anterioridad para usarla en su contra y un rechazo rotundo a ese atleta unido al descontento y la frustración destructiva de todo eso y aquello y “aquellos” que lo colocaron en lo alto de la cima y ahora, en la caída, le dejan despeñarse irremediablemente.

Eso es lo que ha sucedido con LeBron James y el Miami Heat. El no haber logrado ganar el trofeo Lawrence O’Brien, en la finalísima de la NBA y haber caído ante los Mavericks de Dallas en 6 de 7 partidos, se ha constituido en la razón principal de uno de los ataques mas crueles y despiadados de los que últimamente se hayan tenido noticias en el ámbito deportivo hacia un atleta –a mi modo de ver, el mejor de la NBA- y su equipo.

Muy injusto.

Independientemente, de que a duras penas, excepto en Dallas, se haya querido reconocer el magnifico trabajo de los Mavs, lo cual tambien deja mucho que desear, muchos se han olvidado de que, gracias al talento de LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh, el Miami Heat, llego a la final de la NBA, aun cuando muchos todavía no le daban crédito, por lo sucedido en la temporada regular y porque muchos, sencillamente no creían en ellos. 

Pero, llegaron. Eliminaron incuestionablemente a sus rivales de turno: Philladelphia’s 76ers, Boston’s Celtics y Chicago’s Bulls. Y cuando esto sucedió, ya nadie dudaba de la capacidad del equipo y prácticamente todo el universo literal le puso la etiqueta de favorito y le colgó la medalla de campeón. Y a LeBron, lo elevaron de tal manera que llegaron a compararlo nada más y nada menos que con Michael Jordan. Pero, perdieron. Y el mundo se vino abajo. Ahora bien ¿quien provocó toda esta comedia? ¿Quién o quienes crearon esa enorme expectativa, para después, lavarse las manos como Poncio Pilato y culpar de todo a LeBron James, básicamente, que estoy seguro que puso alma, corazón y vida, mas todo lo demás con tal de conseguir el sueño que lo trajo a Miami? ¿Donde esta el verdadero culpable?

LeBron James

Según Freud, “… la crueldad es el medio de superar la experiencia de la perdida del objeto amado; con la crueldad se retiene al objeto. El sufrimiento provocado, es entonces, el medio para conservar el objeto. […] La crueldad es además un intento de recuperación del goce perdido y una herramienta de la neurosis para restaurar heridas narcisistas.”

No se equivocaba.

Justo eso es lo que hemos estado viendo últimamente en contra de Lebron James. Todo un ajusticiamiento mediático, una crucifixión propagandística y la clásica sentencia de “hacer leña del árbol caído”. Es el poder para destruir, es la crítica avasalladora, el pensamiento déspota. Es la frustración insoportable por la insatisfacción. Es lo que el poderoso Kraken de la televisión, la prensa, los medios masivos, y todo el diabólico mundo de la publicidad hacen con los seres humanos, cuando estos no logran aquello por lo que han invertido tanto dinero y propaganda, -al final solo se trata de eso- sin percatarse de que eso es justamente lo que somos todos: seres humanos. Punto.

En cualquier lid, en cualquier competencia, ya sea en una final de la NBA o un campeonato mundial u olímpico o se gana o se pierde. En eso consiste el deporte. Competir y ofrecer el mejor espectáculo a los aficionados que te siguen y apoyan. No es justo que el favoritismo o la expectativa te conviertan la vida en un infierno. Nadie se merece eso. Por lo tanto, me alegro mucho la respuesta que le dio LeBron James a los medios cuando dijo en rueda de prensa al terminar el partido: “…He estado en esta Liga por ocho años. No hay distracciones que me impidan seguir persiguiendo un campeonato de la NBA. Pero ahora lo mejor es voltear la página y prepararnos mejor para la próxima temporada.”

“Como dije antes, yo trabajo duro para tratar de ponerme en condiciones de jugar en un nivel alto, manifestó. Pero la única cosa que sé es que nunca voy a bajar la cabeza y decir: no hice esto de la manera correcta u ojala lo hubiera hecho de otra forma”.

Y no hay razón para hacer lo contrario. Seria absurdo y hasta ridículo siquiera imaginar que no hizo todo lo que pudo hacer por alcanzar la tan acariciada meta de alzarse con un titulo de la NBA. Su lenguaje corporal lo decía todo. Estaba muy comprometido consigo mismo y con sus seguidores como para aceptar el fracaso. Pero, perdió. Y fracasar no significa de ninguna manera humillarse, ni someterse al castigo publico, ni mucho menos tolerar el escarnio de los que quieren manipular su imagen para que se hunda en el lodo.

“…Al fin y al cabo, todas las personas que se ensañaron en mi fracaso, al final del día, tienen que despertar mañana y seguir la misma vida que tenían antes de despertarse hoy, manifestó. Ellos seguirán teniendo los mismos problemas personales. Yo voy a seguir viviendo de la manera que quiero vivir y seguir haciendo las cosas que quiero hacer conmigo y con mi familia, y ser feliz con eso”, ratificó.

“El Heat de Miami no logró su objetivo, pero la gente tiene que volver al mundo real en algún momento”, concluyó.

Es así. Vivimos en un mundo real. La derrota duele y en este caso, duele más. Hay que saber aceptarla. Y hay que tener mucho temple y suficiente madurez deportiva y profesional para superarlo y mirar hacia adelante. No todos los grandes alcanzan la gloria en su primer intento, o en el segundo o en el tercero. Pero, hay que seguir intentándolo. En vez de lanzarle el venenoso dardo de la frustración, o condenarlo a morir lapidado, creo que seria mucho mejor y más constructivo, darle el crédito que realmente se merece y confiar en su grandeza, su talento y su innegable capacidad deportiva. Yo estoy plenamente convencido de que va a cumplir lo que prometió. De eso no me cabe la menor duda.

viernes, 10 de junio de 2011

El Hombre: ¿Creacion o evolucion? (Parte Dos)

Por JtvLion


“El más maravilloso sistema del sol, planetas y cometas, solamente podría proceder de la determinación y dominio de un ser inteligente y poderoso. 
Sir Isaac Newton

El ADN o ácido desoxirribonucleico, (en inglés DNA) se define como un biopolímero (compuesto químico formado por unidades estructurales que se repiten o nucleótidos, fue aislado por primera vez en 1869, por el medico suizo Friedrich Miescher) el cual constituye el material genético de las células. Está formado por unidades que están ordenadas según una secuencia y es ahí donde se encuentra la información para la síntesis de proteínas. Es el responsable del código genético, que determina en gran medida las características de los seres vivos al nacer.

Teniendo en cuenta esta premisa, pudiéramos formular lo siguiente:

Un organismo para reproducirse necesita de la molécula de ADN, que es la que trasmite la información genética de generación en generación. Esta molécula tan extremadamente compleja está compuesta por bases nitrogenadas. Los genes y cromosomas que se transmiten como consecuencia de la información contenida en ella son a su vez moléculas también muy complejas cuyo contenido se puede considerar como un almacén de información (mensaje) necesaria para construir y sostener el organismo en el que reside, y se transmite de generación en generación. El conjunto de información que cumple esta función en un organismo dado se denomina genoma, y el ADN que lo constituye, ADN genómico.

Pensemos por un instante en el ejemplo que dio Albert Einstein: “…Si desarmamos un reloj de cuerda y observamos su mecanismo interno, vemos que está compuesto de una serie de engranajes, mecanismos diversos que nos convencen de que es imposible de que por casualidad se haya juntado todas y hubiesen puesto en movimiento un mecanismo tan exacto como un reloj.”


Más bien pensamos que ese conjunto de piezas tuvieron que haber sido creadas y armadas por una mente inteligente que unió los engranajes y piezas para darle movimiento a ese reloj para que funcionara adecuadamente. […]”

Para ilustrar lo que digo, voy a presentar 2 ejemplos sencillos:

Si agarramos un dado y lo tiramos, la probabilidad de que nos salga el 2 es 0.16. O sea, 1 dividido entre 6, o simplemente dicho, 1 de 6. Si tiramos el dado dos veces, ¿Cuál es la probabilidad de que nos salga el 3 en la primera tirada y el 1 en la segunda tirada?

Matemáticamente, la probabilidad de cada tirada se multiplica por la probabilidad de la tirada sucesiva. Ejemplo: 0.16 x 0.16 = 0.0256. Claramente, podemos ver que la probabilidad se hace menor mientras que aumentan los eventos, en este caso 2 tiradas de dados.

Basándonos en esta sencilla demostración de probabilidades, si agarramos una computadora y la desintegramos en 200 piezas y las esparcimos, ¿Cuál es la probabilidad de que en una “explosión”  las 200 piezas caigan ordenadas en su lugar respectivo para su funcionamiento apropiado mientras la computadora esté encendida con un sistema operativo Windows 7 instalado?

La probabilidad es aproximadamente: 1/200x1/200x1/200… ¡multiplicado doscientas veces! Lo cual es lo mismo que: (1/200) ^ 200 = 6.22e  ̶ 460, es decir, 6.22 antecedido de… ¡460 ceros! Aunque esta probabilidad no es imposible, matemáticamente es considerada cero.

Pero no olvidemos que 200 partes es un número irreal. Solamente Windows 7 está compuesto por miles de líneas de código que “inteligentemente” han sido puestas en el debido orden para que puedan funcionar como el sistema operativo que es.

Pues bien, la molécula de ADN es infinitamente más compleja que un reloj de cuerda, o un sistema Windows 7, lo cual podría eventualmente llevarnos a la conclusión de que, dada una probabilidad prácticamente cero, seria muy difícil, por no decir imposible, que se haya generado por azar.

Otro aspecto a tener en cuenta seria el siguiente. Según el profesor en Biología y Genética de la University of California, Irvine, Francisco J. Ayala,  “partiendo de la teoría darwiniana, para que la herencia sea fidedigna es imprescindible que la duplicación del ADN sea extremadamente precisa. Pero, no lo es completamente, de manera que aparecen errores que dan lugar a las mutaciones que hacen posible la evolución.....”

“Examinado el ADN de las especies, los científicos hemos reconstruido su historia evolutiva. Así se ha sabido que el antepasado común a los diez millones de especies vivientes fue una célula que vivió hace 3.500 millones de años, tan sólo unos cientos de millones después de que se formara la Tierra. Durante los siguientes 2.500 millones de años, los descendientes de dicha célula seguirían siendo seres microscópicos, aunque el número de especies no dejara de multiplicarse.....”

“De esa célula descienden también todos los animales, incluido el hombre. [...]

“Ahora bien, si esto fuese la única verdad, y debido al sencillo principio físico y metafísico de la acción y la reacción que dice que toda acción para que exista tiene que tener una reacción, sería fácil deducir, que la evolución de la célula tendería a su autodestrucción como ser vivo, ya que esa tendencia es la reacción de menor energía consumida en contra de la otra, cuya función seria escalar hacia organismos más complejos y perfectos.”

“Si las mutaciones –concluyó-  son errores del funcionamiento del mecanismo de reproducción de los seres vivos ¿Porque una mutación va a originar una especie cada vez más compleja y perfecta? ¿No será más fácil y creíble lo contrario? Por otro lado, si la adaptación al medio exige que un chimpancé adapte su cerebro a pensar más y mejor, ¿Por qué entonces no lo van a conseguir todos los chimpancés, por ejemplo,  y así transformar su especie totalmente y no parcial como hasta ahora, en nuestra propia especie? ¿Es que hoy día no hay suficientes razones -incluso muchas más, ya que estamos acabando con ellos- para que puedan hacerlo?”

La evolución falla en explicar la existencia de tan siquiera una “célula simple”. El organismo unicelular más simple posee en sus genes y cromosomas tantos datos como hay cartas en las bibliotecas más grandes del mundo; un trillón de cartas. Hay cientos de miles de genes en cada célula. La mayoría de las formas de vida tienen tales células complejas en perfecto orden. No hay manera de que un proceso al azar pueda organizar tanta data masiva. La posibilidad matemática de que un cuerpo humano sea formado accidentalmente es la misma que la de una explosión en una imprenta pueda formar un diccionario.
Sir Fred Hoyle, ateo, y creador de la teoría “estado-continuo” del origen del universo, cree que las probabilidades de que la casualidad haya formado la vida en el planeta son tan pequeñas que pueden ser comparadas con la casualidad de que “[…] un tornado atravesando un depósito de chatarra pudiera ensamblar un Boeing 747 con los materiales que allí se encuentran” (Hoyle on Evolution, Nature). Sir Fred Hoyle hace otra colorida comparación utilizando una criatura peluda apreciada por los evolucionistas: “No importa cuan grande sea el ambiente que uno considere: la vida no puede tener un comienzo al azar. Aunque tengamos tropas de monos escribiendo al azar en un teclado, los monos no podrán producir las obras de Shakespeare por la razón práctica de que todo el universo observable no es suficientemente grande para contener las hordas necesarias de monos, los teclados requeridos, y de seguro las cestas de basura requeridas para la deposición de los intentos… equivocados. Lo mismo aplica para los materiales vivos.”

La evolución sugiere por si misma, una teoría sin evidencias comprobadas que la respalden científicamente, pero los hombres han hecho y harán lo imposible para demostrar lo contrario. Es hora de enfrentar entonces la gran pregunta: ¿Estaría a si misma respaldada científicamente la teoría de la existencia de un Creador universal que inteligentemente formó toda vida?    (Continuara...)

sábado, 4 de junio de 2011

El Hombre: ¿Creación o Evolución? (Parte Uno)

Por JtvLion.


Casualmente, por estos días, sostuve un amistoso debate con dos de mis amigos acerca de la siempre candente polémica relacionada con el origen del hombre y de la especie humana en particular. Por una parte, mis amigos sostenían la versión bastante arraigada de que el hombre proviene por efecto de la selección natural, lo cual constituye  -aunque en mi modestísima opinión, no es convincente- una de las bases de la síntesis evolutiva moderna, desarrollada a mediados del siglo XIX por el celebre naturalista ingles Charles Darwin.


Como quiera que entre la Iglesia, cuyos argumentos anticientíficos, han sido impuestos durante generaciones enteras desde los albores de la historia hasta la era moderna, lógicamente como una manera de conservar su preponderancia y el avance científico, mucho mas notable e incontenible justo a partir del momento en que se produce la primera revolución industrial, entre los siglos XIII y XIX, ha existido un conflicto sin tregua, dada la característica intrínseca de cada cual de oponer sus diferentes puntos de vista apoyado por una parte, en la tradición religiosa y la enseñanza del conocimiento teocrático de la Iglesia y sus aliados y por la otra: en la incansable capacidad de búsqueda, comprobación verídica de sus investigaciones y la exposición autentica de los descubrimientos mas contundentes alcanzado por la ciencia en nuestros días.

Pero, ¿quien tiene la razón?

Digamos que, por solo citar un ejemplo, la Iglesia católica tiene en la actualidad –según estudios recientes- cerca de 1,100 millones de seguidores en el mundo entero, sin contar con otras religiones, que podrían sumar cerca de 300 millones mas, o sea, 1/5 o 20,6% de todos los seres humanos que habitamos el planeta (alrededor de 6,735 millones) lo cual es un numero respetable, y la comunidad científica, según datos de la AAAC (siglas en ingles) cerca de uno de cada 100 habitantes posee un doctorado, titulo universitario o grado académico. Esto sugeriría que por mayoría la base religiosa que defiende la hipótesis de la creación aventaja por mucho la base científica que apoya la evolución y que por aplastante mayoría la versión que implica el hecho de que si hubo una creación ejecutada por un ser supremo o entidad inteligente ganaría la pugna en cuestión. Pero, seriamos injustos si diéramos todo el crédito a las especulaciones y no nos apoyáramos en los estudios exhaustivos que han ido revelando recientemente los hechos tal y como son. Esto podría ser, de cierto modo, algo cuestionable si no consideráramos que últimamente hasta el 40% de la comunidad científica mundial haya tenido una tendencia ciertamente justificada de apoyar la creencia de una fuerza sobrenatural creadora. Esto es, a pesar, de un sentimiento generalizado, especialmente entre aquellos lideres, seguidores de Darwin, que mantienen un punto de vista más “ateo” cuyo sustento y permanencia esta dado por la necesidad que ofrece la evolución para escapar de cualquier implicación concerniente a Dios o a una “creación”. Pero, ¿por qué sucede esto? Veamos.

Según el Dr. John Morris, presidente del Institute of Creation Research, “los científicos de hoy están viendo mas que nunca la evidencia incuestionable de la creación […y la ven muy claramente, además] Sin embargo, presiones colaterales, compromisos financieros, seguridad política, y toda una serie de conflictos los fuerzan a mirar hacia el otro lado e ignorar los hechos."

Por otra parte, el columnista G. Caylor, según un trabajo periodístico realizado como resultado de varias entrevistas a un panel de especialistas en Biología Molecular, determino que “el resultado de las investigaciones biológicas, producto de profundas investigaciones, ha sido un trabajo honorable. […] y mientras hacíamos el proceso hemos tenido que lidiar con un elefante en la sala. […] Si, el diseño de la creación es como un elefante en la sala. Ocupa un espacio, se mueve, hace un ruido enorme, nos aplasta, acaba con todo alrededor, come toneladas de comida y huele como un elefante. Y… ¡todavía juramos que no esta ahí!"


El origen de las especies por selección natural, o teoría de la evolución desarrollada por Darwin y Wallace, aparece convenientemente en un momento histórico donde se acomoda muy sutil y fértilmente en las culturas e intelectos de aquella época. La iglesia, con su poder tiránico desde siglos antes, ejercía la imposición de sus puntos de vista, sin abrirse a las expresiones de otras ideas. Los abusos, los excesos, las persecuciones, los asesinatos en nombre de Dios, fueron en detrimento cada vez mayor de la fe de sus seguidores, de manera que científicos, maestros, obreros, feligreses y gente de pueblo comenzaron a abrazar esta nueva teoría del surgimiento del hombre como forma de expresar su descontento con la Iglesia. Así, de esta manera, la belleza y sencillez de la teoría darwiniana no solo consiguió el apoyo de la comunidad científica e intelectual sino también el apoyo del pueblo. La idea de la creación se convirtió entonces en un dogma de fe. La nueva teoría de Darwin promovía un contenido más lógico y por ende, más creíble.

Sin embargo, la comunidad científica se apresuró en dar el beneficio de la aceptación a la flamante teoría y se negó a comprobar científicamente los fundamentos que supuestamente la apoyaban.

Darwin argumentaba como un principio básico de su exposición que los individuos mas capaces de una especie son los que sobreviven y que esta característica se transmitía de generación en generación, provocando cambios sustanciales producto de la competencia por los recursos limitados que llevan a la lucha por la existencia y las transformaciones que se deriven de esta, trayendo como consecuencia modificaciones hereditarias y por lo tanto, nuevas especies.

Una coincidencia sorprendente entre la teoría de Darwin y los escritos bíblicos acerca de la creación de la vida, es que el orden de etapas que describe la Biblia que fue creada la vida (origen de los océanos, creación de la tierra, surgimiento de de la vida en el mar, aparición de aves y mamíferos) es la misma secuencia de las divisiones principales del tiempo geológico, como las describe la ciencia.

Una teoría en esencia muy fascinante, sencilla y… lógica

Pero, los últimos 100 años han sido testigos de uno de los más importantes hallazgos del hombre en materia científica: el descubrimiento de un código genético que podría anular por completo los cimientos de esa teoría: el ADN. (Continuará…)