jueves, 19 de enero de 2012

La Revolución Cubana & Sacrificio

                            


 Justo tres meses después de haber nacido, (en la cárcel de Isla de Pino, Presidio Modelo) moría Pedro Luis Boitel, su huelga de hambre duro 53 días y como muchos cubanos que nacimos después de la revolución, una vez que terminamos de abrir los ojos desde tierra extranjera, conocimos la otra parte de la historia, la que jamás nos contaron y de la que poco conocíamos, aunque una mayoría no era totalmente ingenua, ya que en el fondo todos de alguna manera desconfiábamos de la perfección de aquel sistema y aun mas de sus dirigentes.

  Como todo cubano crecí de prisa, porque en cuba se nace y se crece de prisa como en cualquier otra parte del mundo, donde ademas pasa algo curioso, allí apenas nos alcanzaba el tiempo para cubrir todo nuestros deseos mas urgentes aunque nos sobrara el tiempo.También se tenia o se tiene la sensación de que esta detenido el tiempo. Mirar nuestro barrio que seguía o sigue con la misma pintura que le dieron rara vez 10, 20, 30 o 40 años es un ejemplo de ello, 

Pero lo mas importante en realidad es que no teníamos la menor idea de las cosas que pasaban porque quizás la necesidad y la parsimonia nos abrieron espacio a la holgazanería, al terrible desinterés juvenil por descubrir la verdad oculta que podía liberarnos de aquella cosa paternal a la que muy bien nos acostumbraron y nos acostumbramos, siempre y cuando todo practicásemos otro tipo de religión no convencional, no tan acreditada, pero si muy popular políticamente, la llamada "Fe Comunista". Dentro de esta moderna religión amar a su máximo representante era y es lo primero, al gran soberano junto con su obra histórica y paraíso, en el cual vivíamos todos conforme a lo que el poderoso disponía. Pero en Cuba siempre han existido los Galileos, los Socráticos, los Platónicos, Aristotélicos, Martianos y por que no, también Verneanos dispuestos a navegar 20.000 leguas. Estas personas existen como en todas partes, gente que saben la verdad pero que allí también se aplicaba en gran medida la misma censura intimidatoria que aplico la iglesia católica a sus beligerantes. No obstante, aquella forma de retractarse no era más que una habilidad de supervivencia, de escapatoria de la muerte a lo Galileo, cual se hizo popular dentro de la isla, el doble rasero, la doble morar fue y es la estrategia de muchos, fue y sigue siendo para los cubanos el escudo protector por el cual se consigue algo material a cambio de  mantenerlo, sacrificando la decencia para convertirse en un inconfesable defensor de valores tan radicales y contrarios a la diversidad que proclamaron y proclaman aquellos Darwinianos que cumplieron años y dieron la vida en prisión. 


Aun así, todavía los que se aprovechan no se atreven a la auto-critica, menos a echarle cuenta a su actuación indecorosa, quizás, porque apenas conocen su significado o su manera y voluntad de aplicarlo al ser. Para muchos fue y es más cómodo llevarlo así hasta que caigan en desgracia, para otros no pesa tanto en la conciencia, tantos mas han podido corregir su actuación porque ya no tienen otra opción, porque tampoco existe el perdón divino, ya que el soberano fue y es implacable con sus ovejas. Aun así pienso, que el renacimiento puede devenir de muchas maneras, por muchos caminos y con tanta fuerza, que somos capases de sacrificar nuestro cuerpo y mente como forma de resarcimiento y justicia por lo que no tuvimos en vida, por lo que nos quitaron sin derecho. ”Esta forma de ofrendar el corazón, es el carácter genuino de un hombre libre”. Ayer fue Orlando Zapata Tamayo, hoy es Wilman Villar.