lunes, 11 de julio de 2011

Como ponerse de acuerdo

  



¿Quien tiene la razón? Pues se supone que todos la tenemos o nadie la tiene. En este dilema nos encontramos los cubanos de Miami, quienes por un lado reclaman el derecho de visitar a sus familiares y enviarles dinero, y por la otra parte, quienes se oponen a la flexibilización de los viajes y las remesas.

Es bien conocido que la comunidad cubana en Miami este dividida entre los que están a favor y los que están en contra, aun cuando abrazan la esperanza de ver a Cuba en libertad, pero resulta que existen determinadas razones evidentes para las dos partes. Es humanamente comprensible que los cubanos que residen en Miami ayuden a sus familiares en Cuba, cuando estos no disponen de recursos para obtener los artículos de primera necesidad que solo pueden encontrar en las tiendas de divisas. Durante mucho tiempo en la isla, estas tiendas de captación de divisas han ofrecido a las personas que disponen del capital extranjero una infinidad de artículos y productos que no se brindan en los mercados estatales a los que la población en general tiene acceso directo para adquirir los escasos productos que ofrecen y que están regulados por la libreta de racionamiento impuesta por el gobierno cubano a principio de la revolución, pero en los mercados estatales, los productos escasean y por lo general, la dieta por personas no rebasaba las mil calorías diarias. De ahí, que en los años 90 en pleno periodo especial, se desatara la neuritis óptica, una enfermedad causada por la falta de vitaminas en el cuerpo. Las vitaminas y minerales que se necesitaba escaseaban en aquel entonces por la hambruna y dado que la economía cubana no ha podido recuperarse, por la ignorancia de sus gobernantes y los desafortunados desastres climatológicos. La dieta sigue sin rebasar las 2000 calorías requeridas. Por eso, toda ayuda que puedan recibir las familias cubanas es poca, además, tampoco puede negárseles el derecho de reunión familiar tantas veces como se desee por una cuestión de necesidad afectiva y de lazos familiares, las cuales nunca se pueden cuestionar porque yacen fuera de cualquier argumento; es de hecho un ingrediente del corazón.

Desde otra óptica analítica, esto ha derivado que en la Cuba revolucionaria que tanto defienden los comunistas, por ser un sistema que aboga por el igualitarismo -sin tener en cuenta la individualidad de la naturaleza humana- y por ofrecer como formula un sostenido equilibrio social basado en la ideología marxista-leninista, ya sea sin duda una errada quimera, ya que siempre existirán diferencias de clases, ya sean trabajadoras o dirigentes etc., y Cuba no es la excepción. Hoy día estas diferencias se palpan entre los que tienen recursos y los que no lo tienen. El fracaso de la revolución cubana ha sido general en todos los aspectos de la vida. La degradación de la sociedad ha sido significativa y evidente, pero la tozudez gubernamental sigue en vilo hasta el presente y se niega a dar pasos significativos en el plano económico y social por miedo a poner en peligro el poder que ostentan desde hace más de medio siglo.

Por otra parte, la ruptura familiar ha sido desde el triunfo de la ¿revolución? una muestra de lo que puede lograr un gobierno mediante el control, la represión y la manipulación de la sociedad. Unos de los capítulos mas bochornosos en la historia de cuba fue la crisis del Mariel en el 80, conflicto totalmente maquinado por el gobierno, cual forzó a las familias y a la población a entrar en confrontaciones de tipo ideológicas y segregacionistas, sembrando el odio hacia quienes optaron por abandonar el país buscando libertades y oportunidades de vida. Todavía hoy muchos cubanos que fueron maltratados y humillados públicamente al estilo “chovinista”, siguen guardando en sus corazones aquellos días oscuros cuando recibieron por parte de sus propias familias, amigos y vecinos el rechazo mas cruel que se le puede dar a una persona, como también en los primeros años de la revolución, muchos opositores del nuevo régimen fueron encarcelados y fusilados. Jóvenes revolucionarios que lucharon contra la dictadura batistiana. Es notable señalar, que en el transcurso de estos 50 años de gobierno comunista las muertes se han ido sumando y la que mayor peso tiene son las referentes a las salidas ilegales de cuba, centenares de familias cubanas sufren por la perdida de algún ser querido por este motivo.

No es de extrañar, que muchos se opongan a cualquier flexibilización de medidas de tipo económica hacia Cuba y esto también es comprensible cuando es evidente que el mayor beneficiario es el gobierno cubano, quien controla todos los recursos del país y ejercita el papel del verdugo. Para estos que se oponen la moral es su arma justiciera y advierten con todo el derecho su total desacuerdo con cualquier propuesta que ayude económicamente al gobierno castrista. Claro, en este caso quienes sufren las consecuencias directas es la población desfavorecida de este privilegio y las familias de quienes han huido en busca de nuevas oportunidades.

Algunos han dejado sus familias, amigos, sus seres queridos que ya no están, su tierra amada, sus mejores años de juventud e infancia, sus penas y fracasos, sus sueños mas grandes en una Cuba que fue prospera en una época, en una Cuba que después cada uno la imagino a su manera, como un paraíso terrenal. Es difícil romper el vínculo, por eso es comprensible que todos vivamos esa dualidad de amor y odio hacia todo lo que brota de ella, nuestra tierra querida. Pero en lo que una inmensa mayoría esta de acuerdo, es que quienes la han destruido han de pagar con justicia.
 

"Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía....Un hombre que obedece a un mal gobierno, no es un hombre honrado."  (José Marti)

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