miércoles, 29 de mayo de 2013

Siria un Infierno.

Desde que arranco la guerra en Siria, después de las manifestaciones de julio del 2011, donde la mayoría de la sociedad civil Siria reclamaba libertades, democracia y más participación en los poderes del estado gobernados en su mayoría por fieles al grupo minoritario Alaui, de rama Chii Islámica al que perteneció Jafez Al Assad su antiguo presidente y que luego tras su muerte en el 2000 heredo su hijo Bashar Al Assad, han muerto más de 70 mil personas y según algunas organizaciones, la cifra ya supera las 80 mil, y dada la situación real seguirá incrementándose mientras el conflicto siga avanzando como parece ser.  A estas apoteósicas cifras, hay que agregar el más de millón de refugiados concentrados en las fronteras de Jordania, Turquía y el Líbano. Fronteras a las que cada día siguen llegando familias huyendo de la guerra.
 Paralelamente, las grandes potencias de occidente no han logrado ponerse de acuerdo para detener el conflicto, que está desangrando al pueblo sirio. Desde que estallo la guerra hace más de dos años, en la ONU se han aprobado resoluciones para cerrarle el crédito al gobierno, congelando las cuentas bancarias en el exterior, la de sus ministros y principalmente el bloqueo al comercio de armas al régimen sirio. Pero aun con estas sanciones que se han ido recrudeciendo, no se ha podido detener la guerra. Todos los esfuerzos de los enviados de la ONU se han estrellado contra el muro de la confrontación armada. El enviado de la ONU Kofi Annan fracaso en su misión de paz por la negativa de las partes al dialogo, principalmente el régimen nunca tuvo intenciones reales con la oposición, quienes a su vez pedían su renuncia como condición para establecer la paz. Bajo estos términos el cese del fuego que en principio se había acordado no se produjo, como tampoco las condiciones de que el ejército se retirara de las ciudades ocupadas, para darle paso a las organizaciones de ayuda humanitaria para auxiliar a las víctimas. Sin embargo, durante estos dos años, naciones como   Rusia y China han apoyado el gobierno Sirio. Estas dos potencias con derecho al veto en la ONU, en reiteradas ocasiones se han negado a pactar por una intervención militar, poniendo como ejemplo el fracaso de Libia, donde especialmente Rusia vio afectado sus intereses económicos. También, se han opuesto a las exigencias de la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) y la Liga Árabe de forzar la salida de presidente sirio.  Rusia como aliado indiscutible después de Irán sigue apoyando el régimen sirio, sigue suministrándole armas, como los misiles tierra-aire S-300 que según las fuentes diplomáticas rusas ya estaban comprometidas. Pero, nos preguntamos por que el gobierno de Putin apoya al régimen sirio. Existen varias hipótesis, como ganar protagonismo político internacional después de la debacle que sufrió Rusia con la caída del campo socialista, por interés económico por ventas de armas y evidentemente está en la base de Tartus, su último reducto naval, objetivo que no está dispuesto a perder aunque no lo tiene a día de hoy garantizado por su apoyo rotundo al presidente Assad. Pero no solo Rusia ha seguido suministrando armas, también por la frontera Irán abastece al ejército. Como consecuencia, Israel quien en el primer año estuvo atento al desarrollo del conflicto, ha bombardeado objetivos militares en dos ocasiones, reiterando su compromiso de evitar que su archí-enemigo Hezbola pueda hacerse con armamento que ponga en peligro la seguridad nacional. Con este escenario nefasto, E.E.U.U cauteloso y rondando la pasividad, intenta encontrar junto a las naciones con intereses en el país Árabe una salida política al conflicto y evitar la intervención militar, que al parecer seria ya inevitable dada las cifras de muertes que echan por tierra cualquier propuesta de paz, pese a que, Barak Obama en pasados discursos dejo claro cuales serian las razones para la intervención de forma unilateral, precisamente refiriéndose a la utilización de armas químicas, cual llamo ¨Línea Roja¨  Para el caso, hay pruebas contundentes de la utilización de estas armas y los E.E.U.U sigue sin tomar la iniciativa. No obstante, en meses pasados tomaron la decisión de apoyar a la oposición con en envió de material logístico, de protección no letal, entrenamiento y capital para la oposición y los refugiados en Jordania y Turkia. Así quedo reflejado la intención en el final de su periplo por el Medio Oriente en Jordania, su segundo aliado en la región después de Israel, donde sostuvo una reunión con el presidente, el rey Abdala II.
Pese a que la Unión Europea sigue dándole prioridad a su complicada crisis económica, siguen las reuniones diplomáticas entre la mayoría de los países (Amigos de Siria) que apoyan a la oposición (ELS) reconocidos por estos como único gobierno legitimo de transición para una futura Siria sin Assad y sus partidarios, y la minoría de los países que apoyan al régimen como Irán, Rusia, China y otros irrelevantes de poco peso como Cuba, Venezuela, entre otros. Mientras todo este proceso sigue dilatándose, la oposición sigue sufriendo los bombardeos constantes del ejercito en la principales ciudades del país, teniéndose que enfrentar con muy pocos recursos militares. Con Kalashnikov y granadas le hacen la guerra a un ejército entrenado, mayoritariamente mezclado entre la rama Suni, del cual muchos han desertado para unirse al (ELS), y los Chií, pero también a tanques blindados, artillería, misiles de gran alcance como los SCUD de fabricación rusa y sobre todo, a la aviación y sus bombardeos continuos en ciudades pobladas. Con estas gigantescas diferencias militares entre los rebeldes y el ejército oficial, la administración de la Casa Blanca sigue negado a entregarle armamento más sofisticado a los rebeldes debido a la presencia de grupos extremistas afiliados a Al-Qaeda que están involucrados de forma activa en la guerra, para que no terminen en manos de los grupos radicales, que posteriormente podrían utilizar para atacar objetivos económicos y militares occidentales. Pero el 30 de mayo vence el plazo del embargo de armas a Siria y aunque siguen divididas las opiniones sobre armar o no a los rebeldes, estarían barajando la opción de un levantamiento parcial para que cada país tome la decisión de forma independiente. Decidan lo que decidan en la próxima reunión de Ginebra, países como Arabia Saudí y Qatar continuarán apoyando de manera activa a todos los grupos rebeldes. Lamentablemente, el gobierno sirio se equivoco, ya no existen posibilidades de alcanzar un acuerdo político y la situación en las ciudades donde se enfrenta el ejercito del régimen y los rebeldes son terriblemente caóticas para los más vulnerables, las familias y en general la población que de alguna manera se encuentra atrapada en el conflicto y que no han podido escapar o no han querido abandonar sus casas. De igual manera, todos los que han abandonado sus hogares buscando protección en los países vecinos, en los campos de refugiados tampoco su situación es la mejor, pese a la ayuda de las organizaciones gubernamentales, las no gubernamentales ONG y como principal actor las ONU. 

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